CINEMA PARADISO

Por Carlos León

Bajo la dirección y guión de Giuseppe Tornatore, una monumental obra de arte. Es necesario haber vivido la infancia, adolescencia y primera juventud en un pueblo para entender el trasfondo, o en su defecto, haber vivido en un barrio o colonia, pero no la vida moderna, en la que los niños no conocen ni conviven con sus vecinos, sino la convivencia perdida, que se daba en los espacios públicos por excelencia: la calle, el baldío convertido en campo de béisbol o fútbol, el ático del templo parroquial, la escuela de la colonia o en el mostrador del abarrotes.

Ambientada en la Sicilia de la posguerra, retrata la solidaridad -también perdida por la locura de vida moderna - entre un hombre adulto y un niño, Alfredo es el cácaro (encargado de la proyección) del cine del pueblo "Cinema Paradiso", su nobleza de corazón le hace comprender las necesidades de Totó, un niño que vive con su madre y su hermana pequeña, esperando el regreso del Padre, cuando ya ha pasado mucho tiempo del fin de la guerra. La desesperación de la madre parece que le impide cobrar conciencia de los sentimientos de Totó, en cambio, estos son comprendidos con sabiduría de viejo, por Alfredo. 



La pasión de Tornatore por el cine, es el pretexto para trenzar la amistad entre Alfredo y Totó, Alfredo le transmite al niño el oficio de cácaro , a lo largo de la película, Tornatore nos va mostrando los avances del cinematógrafo, del film flamable al inflamable, del blanco y negro al color, del cine épico o rosa al cine erótico. La diferencia entre la vida real e imagen cinematográfica, nos sorprende, cuando Totó convertido en adolescente, proyecta la grabación que le hizo a la futura novia; la escena de la llegada de la joven al pueblo sucede a color pero la proyección de Totó con su pequeña videograbadora, es en blanco y negro, este contraste resulta impactante en la actualidad, donde cargamos en el bolsillo teléfonos con video de alta definición y publicamos en tiempo real.

El cura del pueblo es el único -además de Alfredo y Totó- que ve las películas completas, su ministerio le exige censurar las escenas eróticas, pero el erotismo para el cura empieza con un simple beso, los recortes de estas escenas preparan el tributo final de Alfredo a Totó, que heredará los rollos mutilados en una bella secuencia, en defensa del arte.

Pero lo más artístico del filme, es el nostálgico recuerdo de las personas que hacen la vida de Totó, aquí la expresión artística alcanza el universal, el subconsciente artístico se ve excitado por los personajes y escenas típicas del pueblo (de cualquier pueblo y de cualquier barrio), es imposible no asociar al loco del pueblo con el loco o el mariguano del barrio, los enamorados que lograron empezar el noviazgo, casarse, tener hijos y empezar a envejecer, el cura, las mujeres ocupadas de las labores domésticas, los preparativos de la fiesta del santo patrono, el carro abandonado convertido en gallinero.

Para no arruinar la muy recomendable experiencia de ver esta obra maestra, terminaré diciendo que Tornatore, con gran maestría, nos muestra la decadencia de la vida y las costumbres, con una nostálgica presentación de la decadencia del cine, al tiempo que rescata la grandeza de las relaciones humanas: "Señor Di Vitta" le dice a Totó el antiguo dueño del "Nuovo Cinema Paradiso", y Totó - de regreso en su pueblo después de treinta años de ausencia, convertido ya en un reconocido director de cine - le pregunta con extrañeza y un gesto de dulzura ¿Por que me dices Señor Di Vita, tu solías darme órdenes? Haciendo patente el agradecimiento y el atesoramiento de las relaciones que forjaron su historia.

Generalmente puedo evitar que los ojos se me humedezcan cuando me conmueve una escena, porque siento algo de pena masculina al mostrarme afectado emocionalmente, pero el ritmo de "Nuovo Cinema Paradiso" es demoledor y la banda sonora intensifica las tensiones emocionales; por supuesto, su trama inconsciente solo puede sentirla quien vivió el pueblo o el barrio,con sus personajes, sus lugares y sus festividades.

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